Tiene un origen antiquísimo, con muchas hipótesis del lugar de origen, se le sitúa en el siglo V antes de Cristo, en la cuenca mediterránea.
Las primeras referencias gráficas, nos las ofrecen pintores de renombre histórico como Durero, Tiziano, Tintoreto, Reynods, Rubens y Goya (“ La duquesa de Alba”).
El Bichón Maltés, es un perro pequeño cuya talla está alrededor de los 23 centímetros, para un peso entre tres y cuatro kilos, aunque dicho tamaño no le resta elegancia. Muchas son las gentes que lo han amado y han buscado su compañía, han llegado a ser símbolo de las cortes europeas, compañía de monarcas y nobles, y privilegio de las clases más pudientes, que tenían varios de estos perritos.
Su gracia, alegría e inteligencia son tales que han conquistado, poetas, pintores, escritores y músicos, todos ellos con el común denominador de la sensibilidad hacia la belleza.
Sus ojos enmarcados en negro poseen una mirada penetrante que no puede ocultar su gran inteligencia, además destacan sobre un manto blanco inmaculado, sedoso y que en la edad adulta, arrastra por el suelo con una gallardía inimaginable en un animal de talla tan reducida.
La base del carácter del Bichón Maltés es jovial, viva y dinámica, su objetivo en la vida , es pasar el mayor tiempo posible con la familia; ser el centro de atención y busca incansablemente las caricias de sus amos.
Si queremos que luzca su exuberante pelo, largo, sedoso y blanco, requerirá gran dedicación, pero los resultados compensarán el esfuerzo, luciendo un manto de pelo precioso.
Debemos iniciar al cachorrito desde los tres meses y medio, en la rutina higiénica, que consiste en cepillarle el pelo, tranquilamente a diario, con palabras cariñosas y gestos dulces. Los baños periódicos, con champú hidratante y uso de mascarilla.
Con una buena alimentación, atención veterinaria adecuada e higiene, nuestro Bichón Maltés, nos acompañará muchos años.
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