A menudo comparamos el gato con un perrito pequeño. Hay que recordar que esto dista mucho de ser verdad. Son animales completamente distintos en cuanto a sus preferencias, comportamiento y relaciones entre congéneres y con los humanos.
Cuando se decide por un gato como animal de compañía se deben tener en cuenta numerosos aspectos relacionados con su modo de vida y alimentación, así como su forma de ser, muy distinta a la de los perros. Es un error muy normal es considerarlos perros pequeños, sobre todo por propietarios que siempre han tenido perros.
El futuro propietario ha de tener en cuenta que es un animal cuya domesticación ha sido más corta que en los perros, así como 5000 años; si a esto le unimos que el objetivo de la misma fue el que mantuvieran cierto grado de libertad y de instintos innatos para que así conservaran su capacidad de cazar ratones y mantener limpios los graneros, tenemos la combinación perfecta para que el gatito sea un perfecto cazador, independiente y que no obedezca como lo hace un perro a las ordenes de su propietario.
A su manera, nos demuestra su cariño, sólo hay que cambiar el chip con respecto al perro y entender que es un animal más independiente, con un instinto cazador innato y que es el que va a decidir cuando debemos acariciarlo y mimarlo.
A continuación se describen aspectos a tener en cuenta que a menudo se olvidan o sencillamente no se conocen y que pueden ser la diferencia entre un gato feliz o infeliz; entre una convivencia agradable o tormentosa.
Uno de los aspectos a tener en cuenta es facilitar al animal de superficies elevadas y zonas de descanso adecuadas. Los gatos tienen una tendencia innata a escalar y descansar en superficies elevadas. Desde una posición elevada, el gato (como depredador que es) tiene un mejor control de su territorio y aumenta su sensación de seguridad. Así mismo debemos proveer de lugares oscuros y recogidos para que el gato descanse. Es una tendencia natural para ellos descansar en estos lugares cuando perciben peligro. Por tanto, es aconsejable que se le proporcione un lugar donde el gato pueda trepar y refugiarse. Existen en el mercado diversos diseños en cuanto a estructura y tamaño. Deben tener:
- Zona de seguridad en la que tu gato pueda esconderse
- Plataformas a diferentes niveles
- Rascador
- Debe ser totalmente estable
La torre debe situarse en uno de los lugares de la casa donde tu gato suele descansar. Si tu gato suele descansar sobre una manta o cojín, puedes colocarlos sobre una de las plataformas o en el área cerrada. Recuerda que trepar y descansar en lugares elevados es una conducta natural para tu gato. Si en algún momento lo hace, no lo castigues.
La bandeja de arena
Los gatos eligen de forma natural un determinado sustrato para hacer sus necesidades. La mayoría de los gatos utilizan la bandeja de arena de forma espontánea. Sin embargo, los problemas de micción y defecación inadecuadas son frecuentes y una gran parte de ellos tiene que ver con una bandeja de arena que no reúne las características adecuadas. La bandeja a ser posible ha de ser descubierta y sin borde protector; ha de tener facilidad de acceso 24 horas y nunca colocarla cerca del alimento, agua o en lugar donde haya ruido (por ejemplo en la galería, todo junto: agua , comida, bandeja y… la lavadora).
La cantidad de bandejas debe ser igual al numero de gatos que hay en el hogar, más una bandeja adicional. El tipo de arena también es importante. Los gatos prefieren las arenas aglomerantes y no perfumadas, mucha cantidad de arena y que se limpie más de una vez al día.
Deja una respuesta