La urolitiasis es la presencia de cálculos a nivel urinario. La mayoría de las veces podemos encontrar estos cálculos en la vejiga de la orina, pero en ocasiones los detectamos a nivel renal, en uréteres y uretra.
¿Por qué se forman los cálculos?.
La condición indispensable para que se llegue a formar un cálculo urinario es que la concentración de determinados minerales en la orina se encuentre por encima de un nivel determinado.
Previo a la formación del cálculo, se forman cristales que bajo determinadas condiciones se unen unos a otros dando lugar a cálculos de distinta naturaleza o composición.
¿Cuáles son los cálculos que encontramos con mayor frecuencia?.
Los urolitos o cálculos que vemos con mayor frecuencia son:
- Cálculos de Fosfato amónico magnésico, también llamados cáculos de estruvita.
- Cálculos de Oxalato cálcico.
- Cálculos de Urato (formados a partir de ácido úrico).
- Cálculos de Cistina.
La presencia y la composición de los cálculos está influenciada por distintos factores como es la dieta y se producen como consecuencia de alteraciones genéticas (anomalías metabólicas como es el caso del metabolismo del Urato en el Dálmata), patologías congénitas (existen malformaciones con las que nace el animal que lo convierte en un factor de riesgo para la formación de cálculos) o adquiridas (por ejemplo, infecciones del tracto urinario y alteraciones metabólicas que llegan a originar aumentos en la excreción de ciertos minerales, como el calcio). En ocasiones, la administración de determinados fármacos pueden desencadenar la formación de los cálculos.
¿Qué sintomatología pueden presentar los perros?.
La sintomatología varía en función de si existe obstrucción de vía urinaria o no.
Cuando no hay obstrucción podemos ver al perro que orina en pequeñas cantidades y de manera frecuente, puede presentar dificultad para orinar originando dolor y también puede haber sangre en orina.
En el caso de tener obstrucción total de la vía urinaria, el animal intentaría orinar sin lograrlo. Podremos ver al perro con dolor y conforme avanza el problema, puede perder el apetito, lo encontraremos apático, pueden haber vómitos y si no se actúa el animal puede entrar en estado comatoso y llegar a morir.
¿Cómo diagnosticamos los cálculos?.
Para poder diagnosticar la presencia de cálculos en el animal nos basamos en la sintomatología, analíticas de orina y sobre todo en pruebas de imagen como la radiografía y la ecografía.
De forma rutinaria, se envían los cálculos a un laboratorio especializado donde nos informarán de la composición del mismo, dato muy interesante que emplearemos para enfocar el tratamiento y/o prevención de posibles recidivas.
¿Cómo tratamos a los perros que presentan cálculos?.
Cuando ya tenemos formado el cálculo, la mayoría de las ocasiones recurrimos al tratamiento quirúrgico. Enviaremos ese cálculo como os comentaba anteriormente al laboratorio para que nos diga su composición. Ese dato será muy importante para enfocar el tratamiento preventivo ante posibles recidivas.
Hoy en día tenemos dietas con las que podemos evitar o disminuir esas posibles recidivas.
El manejo nutricional se basa en:
1. Reducción de la concentración de la orina: para ello debemos aumentar la ingesta del agua del animal. Esto originará un mayor volumen de orina y por tanto, una reducción de la concentración. El perro orinará de forma mas frecuente y por tanto, la orina estará menos tiempo en vejiga disminuyendo la posibilidad de la formación de cristales.
Para aumentar la ingesta de agua en la dieta se emplean distintas estrategias:
a) Modificar los niveles de Sodio con el fin de estimular el consumo de agua.
b) Administración de alimentos húmedos que proporcionan un gran aporte de agua.
c) Humedecer la comida seca.
2. Controlar el ph urinario a través de la dieta: la modificación del ph de la orina a través de la dieta puede favorecer en la disolución de algunos cálculos.
3. Modificar la cantidad de minerales en la dieta en función de la composición de los cálculos.
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